La gente saca partido de mi y me buscan por interés, me siento abusada. Esas son algunas de las frases que siempre repetimos cuando nos sentimos de esta manera. Tener estos pensamientos es como un círculo vicioso porque siempre nos sentimos como las víctimas, y estar siempre bajo este papel impide que logremos encontrar una solución al problema. Pero la cuestión es ¿por qué nos sentimos así? La respuesta es que según la terapia sistémica, es que no podemos ver que estamos dando de más y que eso lo hacemos constantemente.
Ese dar de más tiene un motivo y es que dando de más pensamos que podremos obtener el amor de otras personas. ¿Por qué actuamos así? En la terapia sistémica se dice que cuando tenemos estas actitudes es porque de pequeños no pudimos vivir esa etapa de ser un simple niño o niña porque en nuestra casa había una dinámica donde siempre queríamos compensar a nuestros padres. Queríamos dar para poder ser vistos y sentirnos seguros.
Al hacer esto, llegamos a una posición donde empezamos a ponernos frente a nuestros padres como algo más grande que ellos, dejamos de ser hijos o hijas y nos convertimos en padres de nuestros padres.
Entonces, ese pensamiento que tenemos que las personas solo nos buscan por interés, es por esa necesidad actual de querer compensar siempre, porque eso fue lo que aprendimos de pequeños, porque así es que nos daban amor.
En la terapia sistémica, la solución a esto es que debemos ponernos en el lugar que nos corresponde y no buscar salvar a mamá o a papá, ni convertirnos en unos héroes. Ponernos en la posición que nos corresponde dentro del hogar nos va a permitir salir de ese plano de víctima y entender hasta donde podemos dar y compensar porque la situación es que no sabemos tomar aquellas cosas que nos dan porque para nosotros es más fácil dar que recibir.
Entonces, aprender a tomar es parte el proceso y lo haremos cuando nos pongamos en nuestro lugar de hijos y tomando de nuestros padres, independientemente que ya no estén en este plano, lo que nos dieron que fue la vida, y comprender que es imposible hacerlos felices a ellos porque no es nuestro rol porque cada uno tuvo una vida y nosotros no conocemos esos procesos.
La manera de caminar hacia delante y poder empezar a tomar es que le digamos a nuestros padres: “gracias por darme la vida, hasta aquí dejo de compensarlos. No puedo más y lo compenso a través de mis actos, mis proyectos, mis hijos, a través de mi pareja y mis creaciones en este momento”.