Tengo problemas con mi esposo: ¿Qué puedo hacer?

Tengo problemas con mi esposo: ¿Qué puedo hacer?

“La felicidad en una relación depende de la medida en que se toma y se da”.

Bert Hellinger

Al inicio de la relación, todo va de maravilla. Sin embargo, pareciera ser que el amor se va marchitando poco a poco con el paso del tiempo, condición que se manifiesta a través de conflictos cada vez más graves. Quizás te preguntes: ¿Por qué y cómo puedo resolver problemas con mi esposo? En esta oportunidad me gustaría compartir contigo aspectos fundamentales que te ayudarán a enfrentar esta situación.

¿Por qué tengo problemas con mi esposo?

Tal como lo he compartido en otros post, la pareja está en nuestras vidas para expandirnos, no para contraernos. Evidentemente, para alcanzar este propósito se necesita de perseverancia y esfuerzo. No obstante, es importante no confundir los retos con la tensión constante. Si en la relación no existe una sensación de progreso, definitivamente hay algo que no funciona como debería. ¿A qué se debe? Fundamentalmente se trata de dos puntos.

1. Problemas con mi sistema familiar

El primer punto tiene que ver con reconocer que la vida de pareja no solo significa la unión de dos personas. Más allá del plano individual, un matrimonio es el empalme de dos sistemas familiares pertenecientes a cada miembro de la pareja. ¿Quiénes se encuentran dentro de ese sistema? La familia de la que venimos: nuestro padre, nuestra madre, nuestros hermanos, tíos y abuelos.

Por lo tanto, lo que en gran medida nos configura como personas proviene de nuestra familia: creencias, comportamientos y conductas ante la vida. De esta manera, no solo heredamos información biológica de nuestros antecesores, sino también experiencias, emociones y secretos, información que es invisible a nuestros ojos pero que influye de manera profunda en nuestra vida.

Ahora bien, hay ocasiones en las que esas creencias dejan de funcionar a nuestro favor y generan conflictos de la misma clase y de manera constante. Esta situación tan solo es un síntoma de dificultades no resueltas en nuestro sistema familiar. Por lo tanto, cuando tengo problemas con mi esposo, es porque existen determinados aspectos en mi sistema que necesitan ordenarse, y lo mismo podría aplicarse en el caso de mi pareja.

¿Qué clase de comportamientos se generan por esta falta de orden en el sistema familiar? Entre ellos podemos encontrar conductas impulsivas, posesivas, dominantes, violentas, autodestructivas, de victimización, de autodevaluación, de dependencia emocional, entre muchas otras. Para modificar dichos comportamientos es necesario acudir con especialistas adecuados que nos ayuden a identificarlos y trabajarlos.

2. Cambios en la relación de pareja

Además de los debidos ajustes por la unión entre los sistemas familiares, toda pareja transita por un ciclo natural de la vida familiar. Por ciclo de vida familiar nos referimos al conjunto de etapas y retos, tanto emocionales como intelectuales, a los que cada miembro de la familia se enfrenta desde que nace hasta alcanzar la edad avanzada. Entre estas figuran el enamoramiento, la vida de pareja o el matrimonio, la crianza de los hijos, la separación de los hijos y la tercera edad, entre otras.

Evidentemente, cada uno de estos cambios, junto con algunos otros problemas o situaciones externas, afectan a toda relación de pareja y generan conflictos. No obstante, si tu esposo y tú se aman realmente, no deben permitir que dichos retos terminen con su relación, al contrario, hagan de ellos un catalizador que les permita tomar el cambio como un escalón más para el fortalecimiento y maduración de sus lazos afectivos, pero ¿cómo pueden lograrlo?

Para este caso, es muy importante que identifiques de qué clase son los problemas que se presentan en tu relación de pareja. Por ejemplo, puedes preguntarte lo siguiente:

“¿Los problemas con mi esposo se relacionan con:

Hábitos y costumbres?

Disminución del tiempo que pasan juntos?

Las tareas domésticas?

Problemas económicos?

El cuidado, educación y crianza de los hijos?

Problemas de salud?”

Si te sentiste identificada con algún punto de las situaciones anteriores o con algún aspecto que tenga que ver con los cambios naturales en el desarrollo de un matrimonio, es recomendable tomar toda la paciencia y amor del mundo para platicarlo cuidadosamente con tu pareja. A este respecto, puedes considerar las siguientes medidas:

Define por qué te sientes enfadada. Muchas veces no se define la razón exacta que provoca el enojo. ¿Cómo podré resolver el asunto si ignoro cuál es?, ¿cuáles son realmente los problemas con mi esposo?

Comunica tu sentir. Poco se puede arreglar si se evita la confrontación. No obstante, si estás lista para comunicar el problema, procura hacerlo explicando cómo ese hecho te hace sentir y cómo lo percibes. Hacerlo te ayudará a evitar los señalamientos y culpas.

Escucha atentamente a tu pareja. Puede que las razones de sus conflictos estén fundadas en algún malentendido arraigado en el pasado. Permítele a tu esposo explicar su versión de la historia y su sentir.

Sé respetuosa, empática y comprensiva. El enojo nos impide controlar lo que decimos y podemos terminar ofendiendo a nuestra pareja. Por otro lado, la empatía y la comprensión te permitirán reconocer y aceptar los sentimientos de tu esposo sin juzgarlo. 

Concéntrate en resolver el conflicto. Encontrar la solución al problema es el propósito de las discusiones. Si quieres solucionar los problemas con tu esposo, evita los reproches y repartir culpas. Haz de la discusión algo productivo.

Busca conciliar, no ganar la discusión. Lo importante en una discusión no es demostrar que tienes la razón sino conciliar. ¿Puedes hacer algunas concesiones para facilitar la solución del problema? Si crees que es el caso, puedes hacerlo.

¿Qué puedo hacer si tengo problemas con mi esposo?

Ya hemos visto algunas recomendaciones que puedes tomar en cuenta si tienes problemas con tu esposo. Sin embargo, la naturaleza de la pareja se orienta hacia un contexto mucho más grande, al de la creación de la familia, hacia la vida. Por eso, una vez que ambas personas se unen ya no pueden separarse sin dolor, pues el vínculo del amor va mucho más allá. Debido a estas razones, la resolución de problemas en el matrimonio no suele ser sencilla.

En conclusión, ¿qué puedo hacer si tengo problemas con mi esposo? Mi consejo más sincero es: busca ayuda con un especialista. Es cierto que, en muchos de los casos, los problemas no son realmente graves sino que tienen que ver con aspectos orientados a mejorar la convivencia y comunicación. No obstante, la guía y acompañamiento que recibas serán pieza clave para superar con mayor seguridad y efectividad los problemas de pareja.

Si sientes que tienes muchos problemas con tu esposo, puedo ayudarte a trabajar aquellas cargas, comportamientos y creencias que los generan y acentúan. En mi página web podrás encontrar mi información de contacto así como distintos recursos gratuitos y talleres. Estoy segura que podrán ayudarte.

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